Para el día 15 de diciembre, el principal protagonista de la Convención fue, sin duda, la sociedad civil organizada. De manera favorable, en sesión plenaria, la comunidad internacional reunida demostró un compromiso y un respaldo absolutos para la promoción y el fortalecimiento de la participación de las organizaciones de la sociedad civil en el combate a la corrupción. En ese sentido, partiendo de dicha ubicación central en la que se coloca a las organizaciones de la sociedad civil, se abren líneas para la discusión en torno a los retos, los alcances y los mecanismos de colaboración y asistencia técnica que pueden sostenerse con los gobiernos del mundo para favorecer y acelerar la implementación de la Convención.
Un episodio significativo durante la sesión plenaria del día de hoy fue la posición de Turquía respecto al derecho soberano de los estados para objetar (sin mayor justificación) la participación de organizaciones de la sociedad civil. Se trató de una posición provocadora que inició un importante debate respecto a las formas, los obstáculos y las limitantes de la vinculación entre gobiernos y sociedad civil organizada para el combate a la corrupción. A partir de la posición de Turquía (y a partir de las observaciones de Rusia, China e Irán sobre la misma) se ha abierto la puerta para una revisión de los estatutos de la convención, con miras a clarificar y precisar que puede entenderse como justificantes de objeción y, de esa manera, evitar la discrecionalidad estatal y continuar asegurando a las organizaciones de la sociedad civil jugar un rol activo en la lucha contra la corrupción. A este llamado se suman CCRC y el resto de organizaciones reunidas en la UNCAC Coalition. En suma, a partir de este debate, se perfila la revisión de los mecanismo y procedimientos de contemplados en los reglamentos de la Convención, cuestión que bien podría posicionarse en el centro de las agendas de cara a la próxima Cumbre de la UNODC.
Sin embargo, aprovechando las vías institucionales de la Convención, este último debate ha terminado sirviendo como una oportunidad para la reafirmación del compromiso internacional en favor de la importancia del involucramiento de las organizaciones de la sociedad civil; premisa frente a la cual no existió objeción alguna de ninguna de las delegaciones reunidas en sesión. En ese sentido, este tercer día resulta una importante victoria para las organizaciones de la sociedad civil al reconocerse su papel como aliadas de los gobiernos en el combate a la corrupción y como apoyos vitales en materia de rendición de cuentas y transparencia.
Desde ONG CCRC nos reconocemos entusiastas y confiados en que estas nuevas discusiones marcan pautas y compromisos internacionales favorables para la lucha contra la corrupción. Acercándonos a la recta final de la Cumbre, saludamos a la coordinación del evento y a las numerosas muestras de apoyo y asociación que la comunidad internacional (incluyendo Estados, sociedad civil y sector empresarial) ha mostrado.